jueves, 6 de enero de 2011

Ratas

RATATOUILLE: Como si el año no hubiera empezado pa la mierda, resulta que hice un penoso descubrimiento. Hace dos noches salí de mi depto. dizque a ver el mundo, a ver la vida, como Rapunzel cuando ingenuamente baja de su torre.

Yo bajé de mi torre para ir a un restaurant-bar-boliche que hay en el centro de este miserable pueblo. Como la amarga realidad no tiene nada que ver con Disney, estaba muy tranquila esperando que me sirvan el plato estrella del lugar, cuando ZAS!!!! Luis Miguel pudo cantar: "Por debajo de la mesa, acaricio tu rodilla..." UNA RATA! La vi panzona, corriendo y arrastrando su larga cola en pleno tugurio. ASCO! Llamé al mesero y le grité indignada: RATATOUILLE IS IN THE HOUSE! el mesero que nunca fue instruido en el arte del servicio al cliente, prometió "encargarse" con la misma cara que pusimos todos cuando nos encajaron el gasolinazo.

Pude hacer un escándalo, pero ando con baja de azúcar y no estoy pa esos desplantes histriónicos. Lo más seguro es que la rata siga hasta el día de hoy por esos vericuetos. Orinándose en el pan, en las verduras y en la vajilla. Debe cagarse en los cubiertos, en los vasos y en los conductos del aire acondicionado. A estas alturas ya debe ser mamá de otras ratitas que seguro vagan por ahí en una curiosa analogía de este Hamelin en el que vive el boliviano promedio.

El nombre del lugar? No. No puedo decirlo, este año ha empezado muy mal y con demasiadas ilusiones rotas, no, no podría, me sentiría muy pendeja...no...ustedes coman su pique macho tranquilos JA

RATA DE DOS PATAS: El otro día salí con una rata. ASCO! me agarraron sombreándome, con los calzones abajo. No entiendo cómo acepté interactuar con semejante sujeto, pero ahí estábamos, RATA él, DAMA yo. Un pobre cojudo al que acababa de conocer y que si lee estás líneas ya sabe dónde meterse las ganas de verme otra vez. Pues resulta que fuimos a tomar un café. A esta RATA, le gusta parlotear acerca de con quién champa el muñeco. ¿No les parece lo más loser del mundo? A mí sí. Lo más jodido de su perfil clínico es que él jura que se ve muy machito. "Con cojudita1 era algo salvaje, la ubicás? es la cojudita que sale en tal publicidad, trabaja en tal lugar y ahora es esposa de tal cojudo. Con ella no importaban los sentimientos. Cogíamos salvajemente y eso era todo. No nos veíamos hasta el próximo tire. Entendés?" Entiendo que sos un hijo de puta, eso entiendo, pensaba mientras asentía lánguidamente. "Con cojudita2, no levantaba, es que era un poco vieja para mí, ella tiene tantosaños y trabaja en tal lugar, lo importante es que le poníamos empeño. Entendés?", ajá, esperá que voy a comprar raticida. Y así, sucesivamente. Cuando llegó a cojudita5, le espeté: "CARAJO!!!! Esto ya parece la lista de Schindler. No tenés otro temita de charla?, uno que no te haga ver TAAAAAAAAN pelotudo?" AVIVOL para las damas: De estas ratas está cundido el mundo, cuidau! no sean brutas y arrechas. Elijan bien a quien muestran la laguna azul. AVIVOL para los damos: Calladitos se ven más bonitos.

RATONERA: Han visto esas películas de terror donde las ciudades son invadidas por bichos que destruyen todo a su paso y matan hartos hijos de puta? Abejas, murciélagos, pirañas, elijan su bicho, la cuestión es que lo barren todo a su paso. En estos momentos, postfestividades, y con la esperanza perforándome el ass, siento que mi alma está llena de ratas.
NO carajitos! No soy una emo del orto, ni estoy depre, ni estoy escuchando canciones patéticas, ni leyendo al imbécil elevado al cubo de Paulo Coelho, ni ninguna de esas mierdas. Me cago, una cosa es tener una ratonera en el pecho y otra cosa tener una ratonera llorona en el pecho. O sea, chúpenme un ovario.

Es tal cual una pinche película, los bichos (en este caso ratas) invaden la ciudad (Podridacity), siembran caos, destrucción, muertos y al final, resulta que de un rato a otro algo/alguien puede controlar la epidemia. Luego, los protagonistas vuelven a la vida apacible, ñoña y boluda que tenían antes. Claro: con el trauma, la posible secuela donde los bichos regresan más malos y pendejos, pero con una leve sensación de paz momentánea.

Concedo que la fórmula no es del todo exacta, pero me aferro a ella, así que mientras eso sucede o seduce, le pondré nombre a todas mis ratas, nombres bonitos y grandilocuentes, que vayan con el color, peso, y forma de todas las desgraciadas. Nombres literarios o de manga, o cómic, algo que me haga olvidar que son un montón de ratas asquerosas, malévolas y dañinas. Nombres que disimulen un poco, un poquito, la peste...