viernes, 28 de noviembre de 2008

La Matrix

Anoche vi la película esa de los puteríos entre Paul Verlain y Arthur Rimbaud, qué cosita seria. Para los que no saben, estos dos cabrones eran unos poetas franceses que se cogían de lo lindo, se resoplaban la nuca! y escandalizaron a la sociedad de su época. Así puej cualquiera, carajo! Y después me vienen con que yo soy excéntrica, que tengo un pobre manejo de la ira y que deberían internarme en la clínica Monte Sinaí. No. Si yo soy como un ángel caído del cielo, y no precisamente Lucifer, carajo!

El caso es que si en esas cagadas andaban Verlaine y Rimbaud, cómo hubiera sido si ese par de pelotudos hubieran tenido mesenyer, feisbuk, blog o meil. Se imaginan el grosor de la inmundicia que eso iba a generar??? Y ya no digamos una mierda de la muerte de sus respectivas musas a merced de los dedos gélidos de la tecnología. Jodido.

A ver, durante mi fase de ñoñez creía que mientras uno se comunicaba más, tus relaciones personales se volvían más profundas y significativas. Tenía sentimientos bonitos y “mariposales” acerca del “diálogo”, las “cartas”, el contacto humano. Como ustedes ya saben, esas mierdas terminaron y la realidad me carcomió enteringa, como la sífilis que enloqueció a Nietzsche.

Fue ahí cuando, hace casi 4 años, abandoné el mesenyer, YES! Me cansé de huevonear. Usé el meil para lo “estrictamente necesario” y me rehusé a entrar a esa promiscuidad virtual llamada feisbuk, que según un cínico conocido: sólo sirve para perpetuar la especie y darnos la ilusión de una soledad menos desolada.

Pues resulta que esta incauta damisela, tuvo una recaída con el mesenyer hace ya tres meses. Podría escribir los versos más tristes acerca de esa noche, escribir por ejemplo que la luna estaba estrellada y los astros tiritaban azules a lo lejos. JA!

No voy a revelar los oscuros motivos que me indujeron a ver la matrix revolucionar otra vez, pero el caso es que caí y para colmo agregué a un par de pelotudos más a mis….cha chan cha chan…fanfarrias por favor: 58 contactos.

Es para mí un misterio, cómo un ser totalmente negado por la naturaleza para decir: “Compañera, usted sabe que puede contar conmigo…no hasta dos ni hasta diez, sino contar conmigo”, tiene tantos hijos de puta arrejuntados en su lista de contactos, y lo peor, todos desbloqueados.

Es así que sucedió lo que tenía que suceder, así bíblicamente, apocalípticamente:
Pelotudo 1: FULANITA!!! Cuánto tiempo!
Resultado: BLOQUEADO, si no me relaciono con ese malparido desde hace “tanto tiempo” es puej por algo.
Pelotuda 2: Hijaaaaaaaaa, qué ha sido de tu vida…seguís con JG?Resultado: BLOQUEADA, por hija de puta desactualizada y metiche.
Pelotudo 3: Hola
Resultado: BLOQUEADO, por pelotudazo. No tenés otra pinche línea de saludo?
Pelotudo 4: Querés tener sexo virtual?Resultado: BLOQUEADO, quiero tener sexo real, maldito. Mientras más…mejor. Gracias.

Y así sucesivamente, bloqueé amigos lejanos, cercanos, conocidos, compañeros de trabajo, ex compañeros de otros trabajos, familiares lejanos, familiares cercanos (padre, madre, hermanos)…y un montón de hijos de puta con los que no sé porqué mierda estoy “conectada”.

Es como en esa película Hard Candy donde sale puej Ellen Page, y Ellen Page era como una caperucita roja moderna, con su abriguito rojo y todo y se liaba con un hijo de puta pedófilo que conocía en la red, pero adivinen qué? En la vida real uno nunca sabe con quién mierda trata, nunca y la virtualidad lo único que hace es vendernos más simulacros. Por lo que Ellen Page en su papel de Hard Candy no era la caperucita que aparentaba ser. Era una cojuda bien pérfida y tronada. Tan tronada que pensé que era mi gemela a la que me comí en el vientre materno.

Justamente el otro día veía a un gaucho por cable presentando un libro sobre la invasión de la tecnología en la vida “emocional”, nunca supe cuál mierda era su libro, ni qué se llamaba el gaucho cabrón, así que si alguien estaba despierto esa madrugada y tiene Cotas Cable, y por esos azares de la vida miraba la misma pendejada que yo, AVISE. La cosa es que el cojudo decía que mientras más “conectados” estamos, menos “comunicados” andamos. Me pareció bien. Yo que ando por la vida desconectada e incomunicada, le hallé puej sentido a esa mierda. Me sentí repentinamente iluminada por la fuerza esa que dice el cabrón malparido de Coelho “conspira” por nosotros. (Morite Coelho)

Sí. Si Verlaine y Rimbaud vivieran y fueran hijos de la matrix, no hubieran escrito una sola huevada decente. Dedicarían su tiempo a estar como pelotudos “online”. Si tuvieran un pinche blog sería la muerte definitiva de cualquier talento, si chatearan pelearían a través de emoticons maricones y tendrían que “interpretar” las charlas boludas como si tuvieran la bola mágica de Bertha Carmiña. Si tuvieran el feisbuk andarían cual serpientes venenosas celándose cada que apareciera uno de sus tantos “amigos” mandándoles daiquiris virtuales, abrazos ñoños, lap dance pedorros y toda esa macabra parafernalia con la que se simula una vida menos triste.

Sí. Maldito mesenyer, malditos 58 “contactos” que me hacen sentir más sola que nunca en este podrido mundo. Maldito feisbuk que parece el ojo de gran hermano, y maldito el meil…asqueroso recurso para mantenerse “al día” con gente a la que se desprecia profundamente. Maldita Matrix.

“Y existiremos divirtiéndonos, soñando amores monstruosos y universos fantásticos, quejándonos y atacando las apariencias del mundo, saltimbanco, mendigo, artista, bandolero” (Rimbaud, Temporada en el infierno)

P.D.1.- A través del meil (siempre mensajero de penosas noticias) me llegó un manifiesto choto de tres cineastas nacionales que describen porqué culo hacen cine. Son frecuentes las frases “nuestro cine” tal o cual cosa. Muy bonito, se me saltaron las lágrimas de los ojos. Pero no entiendo pa qué. Si me tengo que leer ese manifiesto pa saber apreciar cine nacional, o en concreto firmado por alguno de estos cineastas, estamos cagados.

P.D.2.- Se me muere Patrick Swayze, se me muere. Me rompe el corazón, fue el primer hombre con el que añoré romper catre cuando lo vi en Dirty Dancing. Es el fin de una era.

P.D.3.- Osama se va de viaje. “ANDATE!!!!” eso le grité cuando me dio la noticia. Se va por cinco días. “PERO ANDATE DE UNA VEZ, CARAJO!!!” le volví a gritar.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

El temita de la gasolina

A las 19:00 fuimos a comer pique macho. Ahí lo emborraché con mi charla pelotuda sobre mi fetiche con los vampiros. A las 20:00 fuimos a ver una película (Kung Fu Panda) y posteriormente rompimos catre. No fue buena idea. El maldito pique macho, más el jugo de frutilla que tomé, más el algodón de azúcar que Osama me compró en la Plaza, con tanto mete y saca, se mezclaron como el peor cocktail del mundo mundial. Una huevada.

A las 22:00 llegué a mi casa, ligeramente borracha de catre, comida y rock and roll JA! Me cago. Me eché boca abajo en el sofá, Cujo me miró con su cara de culo, reprochándome tanto hedonismo, se trepó a mi espalda como si yo fuera su almohadón y nos dormimos como pendejos.
A las 23 y algo llama el pelotudo de Osama y me interrumpe la fase REM: Craso error. Me llamó para decirme que me amaba y me extrañaba, y que si estaba pensando en él. MIERDA!!! Le respondí: “estaba durmiendo, oye”. Y luego le informé: “me duele mi barriga”. No sé qué carajos me dijo y colgamos. Mi lado oscuro pensaba: Morite, desgraciado.

No me pude dormir más, lo llamé a los 20 minutos, diciéndole que era un pendejo. Él ya estaba durmiendo y me rehusé a dejarlo dormir. Le dije que si no me atendía iba a ir a su casa y me iba a quedar mirándolo fijo durante horas e iba a susurrar en la oscuridad: Bloody Mary, Bloody Mary, Bloody Mary.

Ahí me acordé de un cuento de terror que leía cuando era chica, cómo era? La protagonista se llamaba María y se casaba con un tipo, y como no sabía cocinar le pedía a no sé quiensito que le enseñe, y la pendeja que le enseñaba era tan hija de puta que le decía que agarre órganos de los muertos (vivían cerca del cementerio) para cocinarle al marido. Llegaba un punto en que los muertos iban a reclamarle sus órganos…y le decían: María (aquí venía un nombre más que no consigo recordar) devuélveme tal cosa que robaste de mi santa sepultura. Bueno, todo eso le contaba a Osama por teléfono con voz alusiva a la fecha.

Al final, me dio pena el cojudo y le dije que mañana íbamos a “arreglar”. Seguí sin poder dormir, pero agotada y llena. Así que me acordé que mi tanque de gasolina andaba sediento. Fue en ese momento que por pendeja y ociosa, salí a buscar gasolina a la media noche.

El horror, el horror, diría Marlon Brando en Apocalipsis Now. Me fui al surtidor de la Av. Alemana. Nada. Unos putos conos rojos de mierda, que me decían subliminalmente que me joda por delante y por detrás. “Malparidos”, pensaba con rencor. Agarré segundo anillo, lo mismo, las mierdas esas de conos rojos o amarillos. Enfilé hacia la Banzer y descubrí que hay como 5 estaciones de servicio de ida al aeropuerto, todas absolutamente carentes de gasolina. Era el momento ideal de poner mi música de chichería, pillé una estación que soltaba esa huevada del caballo de Bronco. Y así a grito pelado, cantaba y peregrinaba. A pesar de ser martes, Currys y el Ceasars Palace andaban bastante visitados. Un accidente de auto más acá y finalmente, pasando el hipermaxi norte, encontré un surtidor con gasolina.

Había una bochornosa cola de autos. A otros hijos de puta se les había ocurrido la misma idea nocturna que a mí. MUERANSE MALDITOS. Ni modo, carajo! Yo soy bien macha para las colas. Me puse detrás de un Jeep, y esperé cabreada a morir.

Entonces me acordé del pendejo de Cortázar, claro, tiene un cuento que se llama La Autopista del Sur, y ahí hay una tropa de autos varados de ida a Paris donde los boludos pasan tanto tiempo detenidos, avanzando una mierda, que se conocen y empiezan a hacerse charla. Ay, sí. Es que el ser humano es tierno como un osito de peluche y sociable como la reina del carnaval, y siempre buscará la manada en tiempo de desgracia. Miré con desconfianza hacia las otras filas, y vi a un gordo borracho metiéndose sus llaves a la oreja. Mierda!!! No puej!! Si hubiera tenido un palo largo pa sacar por mi ventana, lo sacaba y lo sunchaba al asqueroso ese. Observé a otros pelotudos más con igual desasosiego y decidí que yo no soy un personaje de Cortázar. No. Mejor huir de la manada en tiempo de desgracia. Subí con vehemencia las ventanas, en ese momento se escuchaba a Marco Antonio Soliz con “yo quiero ser más que tu amigo”. Y fingí hablar por celular. Tan linda yo, no? Que se jodan mis compañeros de cola, carajo!!! Que se recontrajodan!

Tantos negros pensamientos me pasaron factura, y después de 40 minutos de pura mierda, el surtidor sacó sus respectivos conos rojos y me cagó la madrugada. Hasta el gordo que se escarbaba la oreja pudo llenar su tanque. Maldito, hijo de puta, cabrón. Fue muy triste. Casi casi hasta derramé una lágrima del empute que me embargó.

A las 2:14 de la madrugada, volví a mi casa cabreadísima, sin gasolina, sin amigos de cola, con el tanque casi en las últimas y sin poder llamar a Osama para contarle mi desgracia. Y cuidau carajo! que me salgan con explicaciones políticas de esta mierda. Me paso por los ovarios la política de este cochino país, así que no me jodan buscando culpables, porque me voy a cabrear en serio. Y cualquier mierda que arme zafarrancho la borro!! El tema es lo bizarro que resulta hacer cola para cargar gasolina y no encontrar en ningún sitio. Ese es el tema. Se siente como estar suspendidos en el tiempo, mientras más larga la cola, y más compañeros de cola tenés, más surrealista es. Y más deprimente.

Y luego, cuando salís de ese infierno…con o sin la pinche gasolina (que puede resultar una metáfora de puta madre)…perdiste algo de vos en ese trayecto, la ilusión, la esperanza, la fe, sí…Cortázar lo dijo en el final de su cuentito:

“se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante”

martes, 4 de noviembre de 2008

El miedo


Por regla general, todos creemos que estamos llenos de vida y alardeamos de nuestros esfuerzos y de su fruto. En realidad, llevamos a la espalda un saco vacío que llenamos de vez en cuando con migajas de realidad. El hombre es un mendigo de la existencia. Un ridículo ganapán en la irrealidad, un chapucero de la naturaleza.

Te haces un aposento en el mundo y te crees que has escapado de él. Ya no ves nada a tu alrededor. Y cuando te crees que estás más solo, te das cuenta de que tu albergue carece de techo. ¿Hacia dónde vas a escupir? ¿Hacia el sol o hacia la noche? Abres las manos en el espacio. Y los dedos se te pegan en el vacío. No se adhieren a ningún ser porque el ser quema. Lo real escuece, lo real duele. Respirar es un martirio. Y es que el soplo de la vida se filtra a través del horno del horror.
Ciorán E M, "Breviario de los vencidos"

Get this widget Track details eSnips Social DNA