martes, 23 de diciembre de 2008

Fiestas de fin de año

Anoche maté a Jesús. Mierda, juro que fue un accidente. No hubo premeditación ni alevosía. Estaba hablando con Osama (siempre vos, pelotudo) sobre el niño ese americano al que sus padres pusieron de nombre Adolfo Hitler (se puede ser más hijo de puta?) y querían celebrarle el pinche cumpleaños con una torta que diga (claro): “Feliz cumpleaños Adolfo Hitler” (porque captaron que es puej como un primer y segundo nombre: ADOLFO HITLER)…y por esas paradojas de la vida, se hizo un escándalo porque nadie quería cargar el karma de poner semejante nombre pedorro (repito por si no lo entendieron: Adolfo Hitler) en una torta.

Y eso no es todo, el cabronazo del padre además de llamarle ADOLFO HITLER (Cero y van cinco) a esa pobre criatura, a su hija le puso de nombre JoyceLynn Aryan Nation, lo de Aryan Nation corresponde a la agrupación neonazi más grande de USA. Habrá que ver cuándo a algún boludo acá se le ocurre ponerle Autonomía o Nueva Constitución a su hijo/a.

El caso es que estaba vociferando sobre eso, gesticulando y todo MUY cerca del arbolito navideño de la sala que mis padres han decorado tan ñoñamente, cuando de pronto! CARAJO!!! me caí encima del puto pesebre y lo peor fue para el niño Jesús, con mis nalgas lo partí en tres (¡!). Para ser claros: le saqué la mierda a Jesús.

Se vivieron momentos dra-má-ti-cos. Mi madre me acusó de conspiración terrorista, ya que días atrás había criticado despectivamente a nuestro rubio Jesús, apuntando que además de ser muy choco (“podría ser el hijo de la Legally Blonde o de Hugh Heffner y una de sus pelotudas novias, madre”), le faltaban unos cuantos dedos y parecía un estudiante de intercambio por lo grandote que era en comparación a los reyes magos, la desflorada María y el desvelado cornudo místico de José.

Ahí le dije a mis padres: “No os preocupéis queridos!” y me comprometí a usar mi hora de almuerzo y conseguir otro Jesús para el “show” del 24 de diciembre (tradicionalmente llamado: Cena familiar de Noche Buena). Me fui a la Ramada y rebatí ese tugurio buscando un Jesús negro, tal cual es “el último grito de la moda en Italia, madre”. Qué mierda de día. Justo llovió, me mojé hasta los intestinos, me metí a todos los pozos malditos de este pueblo donde pavimentan avenidas con sobreprecios y luego vos vas como pelotudo en las lluvias y metés tu llantota a esos baches de mierda.

Muéranse malditos! Finalmente pillé mi Jesús afro, faltaba más. Luego me fui a comprar los putos regalos, por inercia y por compromiso social. Es más cómodo cumplir “ciertas reglas” que explicar porqué culo no te unís alegremente al rebaño.

Con muchos dólares menos en mi cuenta bancaria, volví al trabajo donde la pregunta de rigor era: “Qué vas a hacer para Año Nuevo?”…” NO VOY A HACER UNA MIERDA!!! Es tan difícil de creer??” Bueno, estaba un poco emputada por la falta de receptividad a mi respuesta…repetir no es lo mío JA! En fin, estoy podrida de que me feliciten, de que me inviten a cenas de fin de año, a fiestas pelotudas, de recibir tarjetas ñoñas de gente que no me importa un carajo y a la que yo tampoco le importo otro carajo. NO QUIERO ESTAR CON NADIE! La única compañía que soporto es la mía, y eso que desde ayer no me dirijo la palabra porque estamos rayadas por una cuestión menor de carácter carnal.

Y así, creo que las fiestas de fin de año hacen que la gente empiece a patinar profundo (insertar música de Psicosis acá), y se sientan como ese pobrecito señor que se metió a la guarida de Knut, el oso polar (ese pobre ser al que sus padres, también en cautiverio, rechazaron al nacer y que fue criado a punta de biberones sin contacto con nadie de su especie, y cuyo padre PUTATIVO murió de un paro cardiaco) que vive en un zoológico de Berlín.

Parece que el señor (insertar música de Twilight Zone) se levantó nostálgico, añorando el contacto humano (apuesto a que estaba escuchando villancicos en el momento del hecho) y no se le ocurrió mejor idea que visitar a alguien famoso, en este caso a Knut. Carajo!!! A dónde hemos llegado cuando alguien se va al ZOO a cagarle la vida a un oso polar porque dice sentirse solo y porque piensa que el oso se siente igual? Knut se debe haber freakeado jodido cuando vio aparecer esa navideña imagen en su hábitat. Pobrecito. Con tantos problemas que acarreó este 2008. Una mierda, ni el puto oso puede estar tranquilo en este mundo cruel.

Eso sí, de mí no tienen que preocuparse. No planeo acercarme a nuestro ZOO a ver ningún animal mal cuidado y enfermo. Ya alquilé las películas más gore que pillé en el videoclub, y mi fin de año promete ser “intenso”. He sembrado rumores sobre mis posibles destinos navideños y de Año Nuevo, así todos quedan despistados y no sufro ninguna felicitación etílica, llorosa y esperanzada alusiva a la fecha. Me emputa la esperanza.

Sí, mientras manejaba mojada, cabreada y yesca por el segundo anillo, las rotondas estaban pobladas de ayoreos…Esa es la imagen de la navidad, los ayoreos vienen en grandes cantidades, pensando que las fiestas ablandan el corazón y el bolsillo ajeno. Puede ser, uno se siente más bueno y menos hijo de puta regalando monedas en navidad, mientras gastás dólares en cosas que ni vos ni otros cabrones necesitan.
Ajá, nada como ese espíritu navideño golpeándonos la cara.

sábado, 6 de diciembre de 2008

La Tisis

Cuando era niña y me explicaron esa mierda del descubrimiento de América y de que la tierra era redonda, yo estaba firmemente convencida que la tierra era plana. En mi inocencia me parecía lógico que yendo en línea recta hacia cualquier lado pillaríamos el pinche borde, y desde ahí podría ver los otros planetas, especialmente ese donde el Principito hablaba con su única rosa. Incluso me imaginaba sentada en la orilla con las piernas colgando sobre el universo y arrojando mi basura al infinito.

No me pregunten porqué , pero me parecía “normal” que el principito sí viviera en un planeta redondo y pudiera darle la vuelta caminando sobre su circunferencia. Por eso es que nunca podría odiar a mis padres, tengo en mi memoria sus voces leyéndome El Principito desde mi primer recuerdo. De todas formas, la tierra resultó redonda y achatada por los polos (QUE TAL ESA), el cabrón del principito es un personaje ÑOÑO que nunca existió y los planetas a excepción del sol y la luna, no se ven desde acá así nomás.

No cabe duda: la vida es una perra tísica.

El caso es que hace un par de días estuvo por estos pagos mi sobrino. Sí, el sobrino Podrido al que amo.
Sobrino Podrido (7 años) llegó de capa caída. Lo que me emputó indeciblemente, tanto que ya estaba dispuesta a sacarle la mierda a cualquier ser vivo que le haya puesto semejante mirada en la cara. Una cosa es joderme, otra cosa es joder a alguien como Sobrino Podrido.

Podrida: A vos qué te pasa pelotudo?- pregunté, muy maternal.
Sobrino Podrido: Nada.
Podrida: Carajo!!! Cómo que nada! Qué pasa, decime QUE PASA!!!
Silencio. Sobrino Podrido pone cara de tristeza y de rebeldía, todo en una misma expresión.
Sobrino Podrido: Mi papá tiene una chola.
Podrida: ESE HIJO DE SU CHAN….perdón….este…vos sabés lo que es una chola??
Sobrino Podrido: es una señora que no es mi mamá y con quien mi papá sale a comer hamburguesas.
Podrida: Me cago, y cómo sabés todas esas mierdas?
Sobrino Podrido: Mi mamá dijo que mi papá ya no nos quiere porque tiene chola.
Podrida: Carajo!
Sobrino Podrido: Tu papá tiene chola también?
En ese oscuro momento, me bifurqué entre ser sincera y ser hipócrita. Decidí no venderle cinismos a alguien que acababa de descubrir que el mundo era redondo.
Podrida: Pues sí, tiene chola.
Sobrino Podrido: Y la chola de tu papá se lo va a llevar igual que al mío?
Podrida: No sé.
Silencio. Le tomé la mano a sobrino podrido y no nos dijimos nada.
Sobrino Podrido: Y Osama tiene chola?

La sola pregunta hizo que me hierva la mierda. Un rencor profundo y atávico se apoderó de mí. Si Osama hubiera osado atravesar la puerta en ese momento le sacaba la infundia. No pregunten porqué. Es así y punto.

Podrida: Ni puta idea – respondí cabreada, anticipando un dolor que ya conozco bien.
Sobrino Podrido volvió a callarse y en silencio empezó a llorar. Se me rompió el corazón.
Maldije internamente tanta cochinada de este mundo mezquino y cruel. No tenía una sola palabra o frase de aliento, mi política para relacionarme con los niños es no mentir NUNCA.
Podrida: Sabés qué, vos y yo vamos a ir al cine a ver Madagascar 2!
Sobrino Podrido Lloroso: pero vos ya la viste…
Podrida: No importa, los puteríos entre la jirafa y el hipopótamo, hacen que valga la pena verla otra vez.
Sobrino Podrido Lloroso: de verdad?
Podrida: Ahurita mismo, carajo!!!
Y nos fuimos al cine. Lugar que me cobijó durante “FASES” donde el mundo se volvió más grande, y más redondo. En la oscuridad le dije a Sobrino Podrido: La vida es una perra tísica.
Sobrino Podrido: Qué es tísica…
Podrida: Tuberculosa, me refiero a que es decadente, desangelada, emputantemente enferma…
Sobrino Podrido: Ahhhhhhhhhhhhhhhh

Gasté 40 Bs. en el combo Madagascar, que incluía unos vasos pelotudos llenos de muñecos, que le devolvieron durante unos breves instantes la felicidad a mi querido sobrino. Hay cosas que el dinero sí puede comprar.

Cuando era niña quería ser escritora, actriz, cantante, exploradora, bailarina, Robinson Crusoe (Yes), Heidi, el Principito, Sandokan, Athos (uno de los mosqueteros), Josephine March (una de las Mujercitas), y muchas cosas más. Ahora que “crecí” soy una pinche bloguera a la que le gustaría ser la niña que deseaba ser todas esas cosas. No les parece mucho más interesante la idea de un mundo plano, a cuya orilla nos pudiéramos asomar...o en el peor de los casos, de cuya orilla nos podríamos botar hacia la nada?

Después de dejar a mi sobrino en su casa, preparé la maldita despedida de Osama (se va de viaje)…y voilá…en cuestión de minutos, después de tanto ir y venir, sin un grito ni una lágrima, terminé nuestra puta relación….ahora toca correr las cortinas, apagar la luz y alejarme del mundanal ruido...