Claro. Después de imaginarme su fornido, torneado y HOT cuerpo bailando apoteósicamente, el autor nos aclara que “NADA ES LO QUE PARECE” (carajo, eso lo sé desde que me bajó la regla por primera vez JA), así que el galán es secuestrado por 3 fulanas cuando va a comprar cigarrillos. QUE TAL ESA!!!!
Las 3 pendejas lo violan, sodomizan y le hacen cuanto vejamen sexual cruce por sus cochinas cabecitas (dejaron algunos “recuerditos” como piercings, tatuajes, cicatrices y otros).
…volviendo al tema, el viernes terminé de leer ese golpe al estómago. Quien pueda imaginarse que semejante diarrea de violencia, perversión y oscuridad, atenuó mis ganas de sacudir el mundo con una buena quebrada de catre…es que todavía no conoce las sombras que se ciernen sobre mi alma.
Sí, tampoco puej nos vayamos al chancho. Ya estuvo bueno, estos “nexos” se extienden intercontinentalmente. Carajo, podría ser metafóricamente interpretado si en un mapa pusiéramos alfileres rojos a cada puta franquicia de McDonald. Pero decidí que quiero frenar mi expansión... El Síndrome Napoleónico me puede chupar un ovario.
Con esos pensamientos que iban desde el bailarín del libro, las violaciones, una voraz coreografía, Antonio Banderas en Atame, Brad Pitt en Leyendas de Pasión, Mickey Rourke en 9 semanas y media, Vigo Mortensen en el Señor de los Anillos, Vin Diesel en Pitch Black, Heath Ledger en 10 cosas que odio de ti, Ricky Martin en Living La vida Loca, Michel Jackson en In the Closet, el príncipe de La Sirenita y Shane la lesbiana de The L Word (JA!!!!) salí a la calle.
Sé lo que están pensando. Si Dios existe hubiera frenado mi salida, habría aparecido igualito que cuando desterró a Adán y Eva del paraíso o hubiera mandado un ángel para que ponga 100 candados a mi puerta, y me inyecte morfina.
Nada de eso pasó. Hacía un frío de mierda, estacioné el podrimóvil en el centro, y caminé. Caminé como en esas películas en blanco y negro QUE TAL ESA!!!! Sólo faltaba Adagio for Strings de Samuel Barber como soundtrack!!! Compré revistas, fui al correo, y me entré a Alexander Coffee del centro. Laptop en mesa y audífonos a juego, fingí abstracción. Eso me evita la molesta tarea de saludar conocidos o soportar el abordaje de desconocidos.
Ahí estaba, leyendo mails pelotudos (poner atención a la PD1) y buscando fotos sin camisa de Cristiano Ronaldo cuando entró EL. Para fines del blog a este sujeto lo llamaremos Rocco.
…
Pues no sé, no sé cómo describir ESO. Sólo que cuando lo vi, fue extraño, nuevamente si esto fuera una pedorra película, el momento en que ese camba entró hubiera sido en slow motion JA!! Se sentó al lado de mi mesa, sacó su respectiva laptop, y fingió abstracción.
Así estuvimos como 2 horas. Hasta que el hijo de puta, grandísimo atorrante, pagó su cuenta y salió del lugar. Entonces yo pagué mi cuenta y consciente que lo mío ya entraba en el campo de lo “clínico”: Lo seguí.
Aclaración: Si hay algún ñoño malparido que ande pensando que lo que acabo de relatar tiene tufillo "romántico", morite pelotudo/a. Mi corazón vive congelado, y no por el frío, a diferencia de otras encendidas partes de mi anatomía. Gracias.
Bueno, seguí a Rocco. Cruzó a la Plaza, se entró al Shopping Bolívar. Entró a una tienda, salió de la tienda, mientras yo me fijaba en sus manos. Ajá. Unas manos grandotas, con dedos gruesos como chorizos morcilla. Manos de hombre, no de mariquita ni de afeminado carajo! Si quiero manos de mujer, me meto con una mujer puej!
Después de un rato en “esas”. Rocco se da cuenta que lo sigo y empieza un coqueteo descarado. Yo lo puteaba en mi mente en todos los idiomas posibles. Envalentonado, me aborda. Se desarrolla una charla banal como por hora y media. Intercambiamos números telefónicos. Le advertí que nunca contesto el mío, que tengo un ex que para jodiendo, que espero que no sea de esos cambas encimosos. Ríe discretamente, y él y sus grandes manos-chorizo-morcilla se marchan.
Eso fue viernes. Hoy Lunes…escribo este post a las 2:30 de la madrugada. Lo que era una película en blanco y negro, con un soundtrack de Samuel Barber, se convirtió en una porno hard, de bajo presupuesto, con música chota de fondo. Rocco duerme inocente…
Hay algo que todavía no he contado, me emputa la respiración ajena. Más cuando es de noche, y más cuando el hijo de puta respira en mi cama. Ajá. Tenebrosos pensamientos se cruzan por mi mentecita como un pluma negra del ángel caído.
La semana empieza caótica, hay que agregar un nombre al diagrama dibujado arriba. Habrá que ver qué nefastas conexiones, líneas azules o rojas se descubren en el transcurso de los días.
De una forma extraña, el insomnio ha regresado. Salvaje, fétido, apabullante.
