APEGADA?
Resulta que antes de mi viaje (el de hace mucho), fuimos al cine con el pelotudo de Osama. Vimos Sex and the city, y me quedó claringo que ser mujer es una bosta. Y que la culpa de toda nuestra patética vida sentimental son los ejemplos de ese tipo de historias, donde la única “feliz” resulta ser la pelotuda más ñoña, la hija de puta menos zorra, la calzonuda más chapada a la antigua…una tortura que viví durante 2 horas y pico. Morite Carrie Bradshaw! Y esa ropa…dicen que es puej alta costura, pero cuando vi unas plumas de pavo real coronando la cabeza de la cadavérica Sarah Jessica Parker, me dije: En estos momentos hay un pavo, que en el cielo de los pavos está en estado de histeria, preguntándose si para esa mierda fue que trajo plumas al mundo.
Al salir del cine, conversaciones van, conversaciones vienen… me puse a echarle mierda al pelotudazo, bolas tristes, eunuco emocional, retrasado mental de Big. Mientras despotricaba y seguía cabreada, Osama se quedó callado…
- Me gustas cuando callas, porque estás como ausente – le dije…
El sonrió, me tomó la mano, y dijo con voz de tipo noble, bueno y decente…
- Sabés qué fulanita, si yo supiera que existe un hombre mejor para vos…sería el primero en alegrarme de que estés con él, porque te merecés lo mejor.
- De verdad?- Pregunté
- Claro que sí.
- Y si yo me casara con ese pelotudo “mejor que vos”, irías a mi maldito matrimonio y bailarías conmigo feliz?
- Sí, mi amor…claro que sí.
- Y si yo tuviera un hijo con ese “otro hombre”, ese asqueroso atorrante, ese que seguro me cogería hasta decir basta y quisiera que seás el padrino, para compartir mi dicha…vos no tendrías problema?
- No, mi amor…yo siempre voy a querer lo mejor para vos.
Me quedé calladita. Mierda, desde que me enteré del adulterio-puterío de Brad Pitt, que no me enojaba tanto. Apreté tan fuerte mi caja de pipocas dulces, que varias cayeron la piso.
- Me vas a escuchar bien cojudo!!!! Pero bien escuchadito, pendejo!!– grité muy indignada – Todas esas mierdas de estoicismo amoroso te las podés meter allá donde la espalda pierde su bello nombre. Te diría por el culo! Pero estamos en público y no quiero ser ordinaria, porque yo soy una dama OISTE? Y TE VOY A DECIR ALGO MAS PELOTUDO!!! A mí me interesa una mierda, me escuchás…una mierda que en este cochino mundo exista una locona capaz de hacerte más feliz que yo, oíste??? Que te coja mejor, que te pueda dar 10 hijos, y que vaya a hacer todas las pelotudeces que yo no voy a hacer JAMAS!!! No me importa si hay una camba hija de puta dispuesta. Me entendés??? Vos sos mío y PUNTO! – exclamé airadamente, roja de ira, al borde de un colapso nervioso.
En medio de mi ataque de histeria, se acercó un conocido nuestro, cosa que me rayó más. Ni bien el impertinente hijo de puta (Sí, VOS, maldito, VOS) se fue y nos dejó solos con nuestra mierda…Osama me preguntó (ya pa rematar):
- Estás enojada?
Lo miré con infinitísimo odio. Y sin decir palabra lo dejé ahí botado y me fui muy indignada a mi casa. Debo reconocer que no es la primera vez que lo abandono en la vía pública. Se me ha convertido en una molesta costumbre…
DESAPEGADA?
A veces me siento como La Sirenita de Hans Christian Andersen. Desconectada de todo y de todos. Como esa puta huevona que miraba con nostalgia a los seres humanos. Añorando un par de piernas. Sí, me imagino recostada en una roca solitaria en medio del mar, pero cerca de la playa…en tetas carajo! JA! claro, con las tetas al aire, atisbando las fiestas, el bullicio, viendo pasar barcos, observando rostros, y siempre terminando dicha contemplación con un coletazo que me lleva directo al fondo del mar.
La semana pasada me invitaron a ver una película que se llama El Orfanato. La historia trata de una tipa que era huérfana, que cuando crece y está casada regresa al lugar donde se crió para abrir una nueva residencia de niños. A ella la acompañan su esposo y su hijo (adoptado) que tiene VIH. Este niño (una criatura divina) desaparece sin dejar rastros, la tipa se obsesiona porque no puede dejar ir la cuestión, porque ama tanto a su hijo que sencillamente necesita encontrarlo. JODIDO!!! Y claro, me imaginé vívidamente a ese pequeño Podrido Jr. que todavía no ha nacido, pero que algún día llegará. Carajo!!! muy jodido.
Mientras esa mierda terminaba, el agua salada del océano me inundó el alma, y empecé a llorar como si estuviera en marea alta. Me cago, con lo que me emputa llorar en público. Y luego, muy consciente de mi estado de desasosiego, me entró un ataque de risa. QUE TAL ESA!!! Y yo decía: “No es nada, son pedos atajados”. Pero no podía parar con semejante oleaje de lágrimas.
Luego de un rato en tan deplorable estado, me sequé lo salado sobre un hombro que pillé por ahí, me arreglé el cabello, me puteé interiormente por semejante ataque de boludez y volví a ser yo. Había llegado el momento de, otra vez, golpear el agua con mi cola y volver al fondo del mar…