Resulta que hasta hace un año era socia de ENTEL. De pelotuda nomás. Yo era de aquellas huevonas que se resistían estoicamente a los embates de la tecnología y que estaba convencida que NO necesitaba un puto celular. Cuando salí bachiller ya todos tenían uno, y yo era la única inadaptada hija de fraile que vivía incomunicada y sin poder gozar de los siguientes beneficios:
1.- Llegar a la casa de cualquier hija de puta, pararme ante su puerta, marcar su respectivo celular y decirle: “Ya estoy afuera”.
2.- Tener una cita con algún pelotudo, salir de mi casa poniéndome una sandalia, con media hora de retraso, marcar su celular y decir: “Ya estoy llegando”.
3.- Decir con aires de suficiencia, muy al estilo de soberbia insoportable que esgrimo ante cualquier situación social: “Cuando llegués, timbrame para que yo sepa y salga”.
4.- Mandar mensajes de texto como pelotuda, escribiendo cosas similares a las ya expuestas en el punto 1, 2 y 3.
5.- Poder llamar a mis mejores amigos a horas inadecuadas, preguntando: “Dónde estás”, “Qué estás haciendo”, “Juntémonos a ver pasar los autos en la avenida?”
6.- Poder recibir llamadas de mis mejores amigos a horas inadecuadas, preguntando: “Dónde estás”, “Qué estás haciendo”, “Juntémonos a ver pasar los autos en la avenida?”
Y otras piruetas más.
El caso es que como los ciudadanos avanzados que yo conocía veían que no evolucionaba con la especie, me convencieron de traer un celular más al mundo. JA! Cualquiera creería que lo parí, pero puta, escoger uno fue más complicado que pensar en el nombre de mi primer hijo. Me emputa tener cosas iguales a los demás, me siento despersonalizada, oveja y boluda. Huevadas de camba highlona, pero qué le vamos a hacer. Finalmente tuve el puto celular, y mi mejor mejor amiga me convenció que el servicio ideal era ENTEL, dizque porque eso de “vivir sin fronteras” (que en esa época todavía no existía el slogan) era verdad. Que la conexión era más amplia que la de VIVA y que la de TIGO. Para probarlo me contó una anécdota donde su celular de ENTEL siguió funcionando en pleno Pando, mientras que VIVA y TIGO fundieron moroco.
Todo por el azar. Como nunca me acostumbré a tener celular, perdí tres o cuatro veces la huevada esa, y ya la última vez (el año pasado), me tocó comprar uno donde NO habían chips de ENTEL. Así que compré uno de VIVA, por mientras, porque yo no me hago lío con el tema del bendito número o de quién me va a llamar. Bah, me cago en el quiera hablarme…a mí me importa la gente con la que YO quiero hablar.
Sentir a VIVA fue divino, ya de entrada me regalaron 15 Bs extras a lo que había cargado, encima me dieron no recuerdo cuántos mensajes de texto gratis, de bienvenida, mientras que cuando fui clienta de ENTEL no me regalaron ni un modex usado.
Una voz muy amable, me informó que si cargaba cierta cantidad de crédito me regalaban otro monto, que cada mes había premios, etc… A la semana me regalaron además de la recarga por llamadas recibidas, 1 minuto a cualquier celular del país y más mensajes de texto. JA! Me sentía mimada.
No obstante ya llevaba su buen tiempo con ENTEL, y eso me daba derecho, según una normativa de la empresa a exigir un celular gratis o con un importante descuento, gracias a mi antigüedad. AH NO!!! Esos hijos de puta, me miraron con una cara de culo cuando fui a hacer el pedido, le dieron vueltas al tema, y me emputaron tanto que me cagué en la antigüedad y decidí abrazar la gloria de VIVA :p
Hace unos meses, me compré un chip de TIGO sólo por probar, y tiene un servicio bastante bueno también. Ambas empresas son más baratas que esa mierda de ENTEL y tienen un cuidado con el cliente mucho más personal y eficiente. Hay que ver temas de precios, porque cuando yo era cliente de ENTEL el crédito se me iba como botella de cerveza a borracho. Una mierda total. Mientras que ahora, vivo más dignamente, porque Tigo está conmigo y porque Viva es comunicación Inspirada en Mí. Mierda, cualquiera creería puej que me auspician esos cambas, pero pa qué, preferible esas mierdas que vaya a saberse cómo es en otros países, que la huevada rastrera de ENTEL.
A mi bolsillo lo pudrió ENTEL.