martes, 10 de febrero de 2009

Los bichos

Entre mis pasiones se encuentra el fútbol. No lo digo con orgullo, pero tampoco me corto las venas de la vergüenza. O sea…me gusta y me cago.

Resulta que desde hace años no miro la apestosa liga nacional por salud mental y emocional, sí. Desde que supe que se podía disfrutar de este juego de OTRA manera, espero pacientemente mundiales.

Así que odio el fútbol de liga (MATENME todos esos hijos de puta que van a aplastarse al estadio) apenas puedo soportar a la selección nacional, que es un arrejuntamiento de lo “menos malo” (como si tal cosa fuera posible), como para sentarme a ver esa performance del orto con que nos acostumbran en el juego “cama adentro” JA!

Gracias a Dios, nunca tuve que putearme con algún amigo, pariente o encame por el color de la polera con que salgo a la calle, no. Blooming, Oriente, Bolívar, Wilsterman y otros nombres criollos que componen el gran baile de freaks que es el fútbol nacional, no asomaban en mi boquita…nunca. Ellos hacían su vida, yo hacía la mía. Era una armonía tácita, un solaz casi perfecto.

El caso es que hoy (bueno, ayer) fue un día extraño…fue casi un cuadro de Picasso por la calidad de noticias que se vertieron…amén de las boludeces políticas de todos los días con que nos envenenan el alma, estuvo esa surrealista noticia de la pobrecita diseñadora local que ahora persiguen como si de Osama Bin Laden se tratara, por, supuestamente, inyectar orina (ni más, ni menos) a una amiga suya que se encontraba a punto de ser operada. “Orinoterapia” es el nombre que le han dado a ese macabro hecho, que con muerte de por medio o sin muerte de por medio, me jode (pero JODIDO) imaginar a un ser humano tomando sus propios orines en pro de capturar la juventud, eliminar manchas y tener mejor salud.

¿Pa qué mierda intentar perpetuarse, más allá de lo natural?

En una película de la que no recuerdo el nombre, pero que trataba de un tipo que había vivido 1000 años en la tierra (QUE TAL ESA) su sabiduría le había enseñado que el cuerpo humano está creado para vivir 200 años…pero que moríamos antes producto de envenenamiento, por las cosas que comíamos, por la contaminación ambiental, etc...

Imagínenme hincada, con los brazos extendidos, y mi pin de Pare de sufrir en el pecho, dando gracias por ese envenenamiento y por no llegar JAMAS a los 200 años. Carajo…como si uno pudiera codearse con el prójimo tanto tiempo. Ni cagando. Yo pido no pasar de los 40 JA!

Bueno, después de la noticia perturbadora de la orinoterapia…ya pensando que lo había visto todo, que era la verruga del día, el puchichi de la semana, el pedo atajau del momento…a las 22:00 prendo la tv y me topo con una ACALORADISIMA discusión entre Papi Numberg (conductor de tv, conocido por Facetas Deportivas) y Tucho Antelo (hoy ex DT de Oriente Petrolero)

Papi en su set, rodeado de otros tres boludos del rubro…y en contacto telefónico, un ofendido Tucho Antelo.

Qué bochorno carajo!!!!! Mientras hay temas en el fútbol nacional por los cuales rasgarse las vestiduras, abrirse las venas como si fuera el canal de la mancha, Tuchito y Papi , estaban que se sacaban los ojos porque el primero decía que el segundo fue uno de los grandes responsables de su botada de Oriente, y el segundo decía que Tucho andaba por la vida de quejoso, y que su campaña hablaba por sí sola…

Parece que estos boludos eran amigos antes, pero que ahora si se ven y hay objetos punzocortantes cerca, se sacan la mierda (tan made in Bolivia) Entre algunas patéticas declaraciones Tucho acusaba a Papi de hablar mal de sus asistentes que eran: “chicos humildes”, “bolivianos”, “nacionales”, “que se habían sentido muy dolidos por sus comentarios”…y bla bla bla bla bla

Papi había llamado a Tucho por celular durante el último partido que perdió Oriente, para “aconsejarle” que cambie un jugador. Y bueno, por eso y por otros temas se estaban sacando los trapitos al sol en vivo, sin ningún asomo de vergüenza, como si de dos verduleras baratas se tratara…y cuando acordé ya se habían metido al rancho de lo personal…y yo que de liga sé poco (porque ODIO la liga), pues me quedé confundida porque pensé que en esa mierda de programa se hablaba de fútbol…

Se tiraron como una hora discutiendo si dijo, si no dijo, si con qué secretas intenciones fueron hechas tales declaraciones, lo que pensaba “la gente” de uno o de otro (porque parece que ambos pueden leer el pensamiento de la vox populix), poniendo en tela de juicio el profesionalismo de cada uno, escupiendo “secretitos” personales y todo eso al vivo, en tecnicolor y con dolby digital incorporado.

O sea, de qué carajos estamos hablando??? Un pelotudo que no sabe retirarse dignamente y otro boludo que no sabe guardar su lugar, usando la TV de la manera más bochornosa para pelearse como si se hubieran revolcau juntos el mes anterior y ahora uno de ellos tenga gonorrea producto de dicho encuentro.

Y yo que no estoy pa esos trotes, pero elay con el ojo pelado de la vergüenza ajena…con ganas de putear a mil, de tener el número de celular de alguno de los dos y mandarle un mensajito de texto que diga solamente: GET A ROOM.

Nada gente, cada día me convenzo más que mi política de asociabilidad es más efectiva que un baygón, porque este país es como una caja de pandora…sale cada bicho…
Atte.
Gregorio Samsa

sábado, 7 de febrero de 2009

La oscuridad

Cuando era niña, y todavía no me había contaminado del hedor del mundo real…no tenía miedo a la oscuridad. Nunca fui de esas pendejas lloronas, que a gritos llamaban a sus padres en medio de una pesadilla, pidiendo que dejen la luz encendida.

Me encantaba, con candorosa (QUE TAL ESA) ilusión, acostumbrar mi vista a la oscuridad y ver las sombras. Siempre usé la oscuridad para hacer travesuras. Eran otros tiempos, no tenía insomnio, no caminaba por losetas con inútiles zapatos rojos, no odiaba al prójimo, y sobre todo, no era una hija de puta.

Y entiendan que hasta hoy, la falta de luz no me jode. Se corta la electricidad, y a pesar de que siempre me golpeo como estúpida con todas las esquinas de las mesas y las puertas, a pesar de que mi torpeza queda dibujada en mi piel con moretes, no me jode, ni siquiera prendo velas, fósforos o celulares…

Pero estos días me he vuelto egoísta, mezquina, estoy poco consecuente con mi persona, poco realista, poco honesta…y quisiera dar luz, en realidad…me gustaría encender a una persona que se apaga. Enchufar a una persona, quizás al cargador de mi celular. A una persona que por la edad, porque ya la vida la pisó lo que quiso, porque ya odió y amó al prójimo en demasía, porque ya rompió muchos catres, porque es “el ciclo natural”, se apaga ante mis ojos y hace que los ojos de mi madre se llenen de lágrimas. Y a mí me emputa ver llorar a mi madre. Me cabrea hasta el infinito.

Y no es que la oscuridad me joda, entiéndanlo bien, NO ME JODE. Estoy segura que esa mierda debe ser mucho mejor que cuando el sol te da a la cara y vos no sabés qué carajos pasa…o cuando te das tu primer beso con un pelotudo una noche, y al día siguiente te preguntás cómo culo hiciste pa meter tu lengua a esa boca.

Debe ser mejor que cuando cogés pensando que hiciste el amor, y luego entendés que sólo cogiste. O cuando sos tan ñoño de pensar que “te amo” realmente significa algo. Claro, la oscuridad debe ser la verdad y la certeza en su estado más puro.

Generalmente, no me jode…de verdad que no me jode, pero hoy…hoy sí me jode, hoy tengo ganas de ponerme un vestido blanco y no uno negro…tengo ganas de pararme en puntillas, (con mi vestido blanco, no negro) y cómo dice Alejandra Pizarnik en uno de sus poemas: Cantar como si no pasara nada…porque nada pasa.

Hoy, cuando se me pase el insomnio, quiero dormir con la luz encendida.

martes, 3 de febrero de 2009

Los ronquidos

Abrumada por el abandono virtual de Kara (KARA VOLVE!!! VOLVE!!!) andaba por la vida con ganas de colgar el letrero: Cerrado por suicidio.

Osama, preocupado, me invitó al cine a ver Seven Pounds. Mierda!!!! El letrero cambió a: Cerrado por homicidio y suicidio.

Cuando esa huevada concluyó, resultó que a Osamita le había fascinado, que su corazoncito se había conmovido, que estaba al borde de las lágrimas, que quería secarse los mocos con mi blusa, que se sentía identificado con el “mensaje”….Lo miré absolutamente emputada, porque yo puedo tolerar casi CUALQUIER COSA, menos la insubordinación cinematográfica.

Empezamos una acalorada y violenta discusión, que fue subiendo de tono hasta acabar con la típica: “ANDATE!!! Por qué no te vas carajo!!! Por qué me amargás la vida con tus mierdas???”
Justo cuando llegamos a mi departamento, el hijo de su chancha madre de Osama, adoptó pose zen, lo que me terminó de cabrear. Ahí me puse fúrica y fue momento de sacar sus cosas de mis cajones, tirar su cepillo de dientes al piso, tumbar su aftershave, botarle su puto desodorante y gritarle: NO TE QUIERO VER NUNCA MAS MALDITO!

El siguió guardando un pertinente silencio, un emputante silencio, un enloquecedor silencio, a ese camba no le importaba ver sus cosas tiradas por el piso, no lo jodía que Cujo se pasee con su cepillo de dientes en el hocico, ese pelotudo es un pelotudo feliz...Así que después, ustedes saben, hmmm me dieron ganas de decirle: “Desnúdame de a poco y bésame a lo loco, invéntame un momento que no tenga final…” JA, y claro… tuvimos una acalorada y violenta reconciliación QUE TAL ESA! No, no me da vergüenza, carajo!

Inmediatamente siguió el toqueteo post-catre, esa huevada que uno hace pa que el intercambio de fluidos parezca más significativo, las frases ñoñas que siempre se dicen, pero que seguramente ninguno de los dos pelotudes cree, (momento Alesandra Rampolla) Después de todo eso me hundí en un calmo y sereno sueño.

Todos los tipos (esos quichicientos de mi lista de exs) que me han contemplado mientras Morfeo me acuna en sus brazos, me han dicho: “Qué lindo es verte dormir”…claro, debe ser porque el pequeño Damian (guiñito a la Profecía) finalmente cierra sus ojos.

Bueno, estaba el pequeño Damian durmiendo…pacíficamente debo decir. Ya había entrado en la fase R.E.M. y comenzaba a correr por la orilla de una playa, ataviada con un vestido blanco, y de fondo escuchaba la voz que según yo era de Alfonsina Storni decir: “Quisiera esta tarde divina de octubre, pasear por la orilla lejana del mar”…

De pronto, me despierto sobresaltada, un EMPUTANTESISIMO SONIDO, una bulla asquerosa, una cosa reverberante que estaba haciendo temblar mis ventanas, había MANCILLADO mi pudoroso sueño. A mi lado había una locomotora polaca de los años 20, convertida en la garganta de Osama. No hay cosa que me empute MAS, que me despierten a medio dormir. O sea, me cabrea pero JODIDO. A eso agreguémosle que no soy el ser más angelical de día, suelo ser mucho más llevadera por la noche. Las madrugadas (5 de la mañana en este caso) son ZONA ROJA, rojísima…para un eventual despertar.

Lo miré con odio RECALCITRANTE. Primera vez que soy público involuntario de un concierto semejante. No sabía que Osama tuviera la garganta o la nariz tan trancada carajo! Parecía que había aspirado uno de sus huevos en cada orificio nasal. Cualquier posibilidad de futuro concubinato, se acababa de ir al tacho.

Le sunché su mano. No pasó una mierda. Le moví sus costillas. Nada, carajo! Qué cojudo pa dormir pesado. Me puse encima de él, sólo conseguí toquecitos libidinosos en estado de sopor. Manoteé el “muñeco”, ese se despertó solito JA pero los ronquidos continuaron.

No podía creer tanta bulla. Me acerqué a observar el mecanismo, pasé mi mano por su estómago, le toqué la garganta, le miré la nariz. Era como asistir a una sinfónica de instrumentos varios de percusión y viento. Alguna vez escuché decir que había gente que podía morir por esa huevada y yo estaba empezando a pensar dónde iba a comprar el cajón, porque todo lo que tenía de vidrio en esa habitación estaba siendo sacudido por el ronquido descomunal de ese cojudo.

Ahí saqué mi celular y filmé un poco de semejante espectáculo, con el afán de tener material para chantajearlo en el futuro y para que vea las cosas que YO tenía que soportar. Además pensaba usar lo filmado como arma de ataque, porque luego se lo puse al oído pa ver si sus propios ronquidos lo despertaban. Nada, carajo, nada.

Ya en el clímax del empute, le apreté la nariz pa ver si así…ese infeliz dejaba de respirar. Voilá!!! Santo Remedio. El cojudo se despertó y Damián volvió a cerrar sus diabólicos ojitos.